Si bien es en nuestro interior donde reside la felicidad nos cuesta mucho encontrarla. Es por eso que recurrimos a otras personas, actividades, objetos, etc. creyendo así que podremos engañarnos por un ratito. Basar nuestra felicidad en lo externo puede satisfacernos momentáneamente pero no llega a llenar el espacio del corazón. Lo externo es momentáneo, cambiante, va y viene, está y no está. La felicidad proveniente del afuera no es verdaderamente felicidad sino placer. El placer provoca alivio pero no enriquece nuestro interior, es casi como una curita…
El placer es algo físico, fisiológico. Es lo superficial de la vida, la excitación. Puede ser sexual o de otros sentidos; puede convertirse en obsesión con la comida, pero está arraigado en el cuerpo. El cuerpo es tu periferia, tu circunferencia, no tu centro. Y vivir en la circunferencia significa vivir a merced de toda clase de cosas que suceden a tu alrededor. Quien busque el placer quedará a merced de la casualidad. La persecución del placer hace que nos sintamos divididos y limitados, porque nuestro placer depende de las circunstancias que siempre serán perecederas. Ese amigo no podrá vernos, no ganaremos mas dinero, esa chica no gustará de nosotros, no podremos salir de vacaciones cuando queríamos, etc etc etc. Es lo que se llama utilizar al entorno y nos hace dependientes.
La semana pasada mientras daba la relajación pensaba en lo siguiente: podemos ir hacia nuestro interior en todo momento, no hay hora, no hay que pedir permiso, no hay que pagar por eso, sin embargo nos cuesta enormemente hacerlo y convertirlo en un hábito. Es dentro nuestro donde está la paz, la libertad, la armonía, la eternidad y simplemente haciendo un par de respiraciones, cerrando los ojos, soltando la tensión muscular y emocional, recordado que estamos sostenidos por el Universo que podemos llegar a ese lugar que está abierto todo el año. Pero nos cuesta muchísimo.
El mundo nos lleva siempre hacia fuera pidiéndonos que hablemos, que miremos, que participemos, que demos todo, que consumamos, que que que que…No es que estar en el mundo del afuera sea malo, solamente que nos drena toda la energía y es en esta época del año, que al menos yo, siento que estoy usando las energías de reserva. Salir a la calle últimamente es advertir que muchos de nosotros estamos igual, se siente un gran peso en los hombros.
Desarrollar la felicidad interior requiere de mucho compromiso, tolerancia, compasión y paciencia, todos valores escasos en la sociedad en general. La sociedad en general se mueve en el mundo de la razon!
Ahora, si la felicidad depende de lo que somos gran trabajo interior tenemos que realizar. Y no se llega a ese interior de una manera tan rapida o tan lineal como se llega a pedir un Big Mac en el Mc Donalds.
No vamos a ser felices por casualidad, tal vez se pueda hacerlo 5 minutos por casualidad, pero no 24 horas al día. Ser feliz 24 horas al día es un trabajo. Pero nosotros tenemos ideas muy románticas, creemos que ser feliz no es un trabajo, porque sino ya no sería ser feliz. Podemos mirar cualquier cosa: si uno quiere ser pianista no se puede serlo por casualidad, porque un día se me despertaron las ganas. Cualquier cosa lleva esfuerzo.
Decubrir la felicidad interior comienza por saber que está dentro nuestro. Es algo que ya está ahí. Sólo tengo que afinar mi relación con ella, conocerme a mi misma, tenerme paciencia, meditar, realizar actividades que me eleven.
Y no te preocupes, sino podes lograrlo hoy, mañana va a estar ahí también y abierto las 24 hs.
domingo, 20 de diciembre de 2009
martes, 8 de diciembre de 2009
Haz "shhh" para escuchar tu mente
Escuché por primera vez sobre la práctica del silencio viviendo en Usa. Mi ex novio la practicaba los Domingos. A partir de eso empecé a ver otras personas que también lo practicaban, por ejemplo en el supermercado ví como una mujer le mostraba una notita a la cajera diciendo que lo estaba practicando.
En cuanto a mí, nunca lo practiqué concientemente. En mi trabajo matinal sobran las palabras, la música y las expresiones ruidosas, así que al llegar a casa, realmente disfruto de su ausencia, o de la presencia del silencio. Creo que el hecho de ser hija única hizo que me acostumbrara al mismo, a estar en mi compañía sin la necesidad de interlocutores o de sonidos.
Estar en silencio es un buen ejercicio para escuchar la propia mente. El que no pronunciemos palabras no significa que no haya pensamientos, que no haya ruido interior. Los pensamientos tienen voz, tono, volumen y pueden ser mucho más nocivos que la palabra. El ruido interior contiene un mensaje importante para la búsqueda del crecimiento, es a partir del autoconocimiento que podemos crecer, si no hay conciencia de quienes somos es muy difícil! La practica del silencio buceando en nuestro interior, puede ayudarnos a ver conductas que desconocemos de nosotros.
Termino esta breve reflexión con las palabras de Platón:
El cuerpo humano es el carruaje; el yo, el hombre que lo conduce; el pensamiento son las riendas, y los sentimientos los caballos.
Hoy, maneja las riendas de tu vida escogiendo tus palabras y tus silencios.
En cuanto a mí, nunca lo practiqué concientemente. En mi trabajo matinal sobran las palabras, la música y las expresiones ruidosas, así que al llegar a casa, realmente disfruto de su ausencia, o de la presencia del silencio. Creo que el hecho de ser hija única hizo que me acostumbrara al mismo, a estar en mi compañía sin la necesidad de interlocutores o de sonidos.
Estar en silencio es un buen ejercicio para escuchar la propia mente. El que no pronunciemos palabras no significa que no haya pensamientos, que no haya ruido interior. Los pensamientos tienen voz, tono, volumen y pueden ser mucho más nocivos que la palabra. El ruido interior contiene un mensaje importante para la búsqueda del crecimiento, es a partir del autoconocimiento que podemos crecer, si no hay conciencia de quienes somos es muy difícil! La practica del silencio buceando en nuestro interior, puede ayudarnos a ver conductas que desconocemos de nosotros.
Termino esta breve reflexión con las palabras de Platón:
El cuerpo humano es el carruaje; el yo, el hombre que lo conduce; el pensamiento son las riendas, y los sentimientos los caballos.
Hoy, maneja las riendas de tu vida escogiendo tus palabras y tus silencios.
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