miércoles, 25 de noviembre de 2009

Como orar?


Muchas veces queremos orar y no sabemos que decir. Pensamos que tiene que tener una estructura, una forma tipo "iglesia", una sabiduría elevada! A veces hasta pensamos que no lo hacemos bien, que no sabemos y que no somos capaces de hacerlo. Y también solemos orar solamente cuando estamos mal o tristes o solos. Lo sé porque me ha pasado.

Ninguna de estas cosas está mal. Orar es la manera que tenemos de comunicarnos con Dios, de hablarle, de descansar en El, de confiarle nuestros miedos, anhelos, enojos, celos, fallas, limitaciones, todo lo que nos avergüenza! Podemos ser lo que somos frente a Dios y recordar eso da mucha tranquilidad, que es justamente lo que buscamos. Podemos ser malos, jodidos, depresivos, maniáticos, adictos, geeks, pobres, avaros, gordos, flacos, intrépidos, chorros, falsos, anything goes… podemos ser lo que somos! Sin fingir, pretender, esconder, hacernos los fuertes, los bravos, los inteligentes, los fashion, los perfectos.

En Dios podemos depositar nuestras imperfecciones, todas las palabras, lagrimas, confusiones, confesiones, lo que sea. Orar es una forma de terapia porque hablar libera, destraba, hace fluir la energía estancada en nuestro interior. La práctica y la constancia nos ayudan a afinar nuestra relación con Dios y nuestro ser interior. Es una herramienta de sanación y autoconocimiento.

Volviendo a las múltiples formas de orar, hoy quiero compartir una que es muy simple y que abarca los deseos de todas las personas. La oración dice así:
“Dios, que esté bien, me sienta cómoda, que esté en paz, que sea feliz”.

Todas las personas buscamos seguridad, estar cómodos dentro de nosotros mismos, estar en paz con el Universo del que todos somos parte, ser felices y estar sanos. Esta seguridad no viene del exterior, no viene del trabajo, de la plata, la pareja, el auto, el clima, el cuerpo… todo cambia, la mente cambia. Las casas se derrumban, las parejas se rompen, el cuerpo envejece, las compañías quiebran, los planes se disuelven… lo único que permanece es Dios y nuestra esencia divina. Nunca olvides que sos parte del Universo, nunca.

Recordar esta oración a lo largo de tu día puede traerte la serenidad que necesitas.
Amén.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Cuando discuto con la realidad, sufro.


Lo que es, es.
Únicamente sufrimos cuando creemos un pensamiento que está en desacuerdo con lo que es. Cuando la mente está perfectamente clara, lo que es, es. Si queres que la realidad sea diferente de lo que es, podrías intentar enseñarle a ladrar a un gato y obtendras el mismo resultado.

Podes tratar una y otra vez y el gato volverá a decir: Miau. Desear que la realidad sea diferente de lo que es, es un deseo imposible de satisfacer. Y aun así, tenemos miles de pensamientos de este tipo docenas de veces al día: La gente debería ser más amable, Fulano deberia haberme llamado, la cola del super debería ir más rapido, mi mujer (o mi marido) debería estar de acuerdo conmigo, debería estar más flaca (o ser más linda o tener más éxito).

Estos pensamientos constituyen distintas maneras de querer que la realidad sea diferente de lo que es. Si te parece que esto suena deprimente, es cierto. Toda la tensión que sentimos se origina en nuestras discusiones con lo que es.

Podemos saber que la realidad está bien tal como es porque, cuando discutimos con ella, sentimos tensión y frustración. No nos sentimos normales ni equilibrados. Cuando dejamos de oponernos a la realidad, la acción se convierte en algo sencillo, fluido,amable y seguro.

Hace la tuya
Sólo hay tres tipos de asuntos en el universo: los míos, los tuyos y los de Dios. (Dios significa realidad. La realidad es Dios, porque gobierna. Todo lo que escapa a mi control, al tuyo y al de cualquier otra persona es lo que se denominan "los asuntos de Dios").

Buena parte de nuestras tensiones proviene de vivir mentalmente fuera de nuestros asuntos. Cuando pienso: "Necesitas encontrar un trabajo, quiero que seas feliz, deberías ser puntual, necesitas cuidar mejor de ti mismo", me estoy metiendo en tus asuntos. Cuando me preocupo por los terremotos, las inundaciones, la guerra o la fecha de mi muerte, me estoy inmiscuyendo en los asuntos de Dios. Si mentalmente estoy metida en tus asuntos o en los de Dios, el efecto es la separación. Un ejemplo es cuando mentalmente nos paramos en los asuntos de los otros con pensamientos tipo: "Mi mama debería comprenderme", experimentaba de inmediato un sentimiento de soledad. Y comprendí que siempre que me he sentido herida o sola, he estado inmiscuida en los asuntos de otra persona.

Si estás viviendo tu vida y yo estoy viviendo mentalmente tu vida, ¿quién está viviendo la mía?. Ocuparme mentalmente de tus asuntos me impide estar presente en los míos. Me separo de mí misma y me pregunto por qué razón mi vida no funciona. Pensar que yo sé lo que es mejor para los demás, es estar fuera de mis asuntos. Incluso en nombre del amor, es pura arrogancia y el resultado es la tensión, la ansiedad y el miedo. Saber lo que es bueno para mi es mi unico problema. Y eso me permitira expresarme con honestidad tanto para conmigo para con los otros.
La próxima vez que sientas tensión o incomodidad, preguntate de quién son los asuntos en los que te ocupas mentalmente. Esa pregunta puede devolverte vos mismo. Tal vez llegues a descubrir que, en realidad, nunca has estado presente y que te has pasado toda la vida viviendo mentalmente en los asuntos de otras personas. Y si practicas durante un tiempo, quizá descubras que en realidad no tenes ningún asunto y que tu vida funciona perfectamente por sí misma.

Si empezas por poner el dedo acusador hacia fuera, entonces el centro de atención no estara en vos. Con frecuencia estamos bastante seguros sobre lo que otras personas necesitan hacer, cómo deberían vivir y con quién deberían estar. Cuando se trata de otras personas, tenemos una visión clara, pero no sucede lo mismo con nosotros mismos.

Enfrentate a tus pensamientos con comprensión
Un pensamiento resulta inofensivo a menos que nos lo creamos. No son nuestros pensamientos, sino nuestro apego a ellos, lo que origina nuestro sufrimiento. Apegarse a un pensamiento significa creer que es verdad sin indagar en él. Una creencia es un pensamiento al que hemos estado apegados, a menudo durante años.

Si tuviera que pedirle algo a Dios, ojala pudiera pedirle: Dios, libeame de desear amor, aprobación o aprecio.

Seguire con este desarrollo en el proximo post.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Cuencos tibetanos : un masaje espiritual sonoro


Tuve mi primer experiencia con cuencos tibetanos. Los cuencos tibetanos son instrumentos de curación, sanación, relajación y meditación que emiten una vibración en todo nuestro organismo, tanto a nivel físico, mental, psicológico, emocional y espiritual.

Al salir de la sesión nada fue igual. Ni en mi exterior ni en mi interior. Salí caminando sintiéndome en otro tiempo, en otro ritmo, en otro espacio distinto al del mundo exterior. Esta sensación aún perdura, es placentera, y es como si un camino se presentara delante de mi y yo lo transito no sólo tranquilamente sino que también sin ansiedades ni apuros.

El masaje sonoro consiste en recibir la vibración de los cuencos ya sea cerca del cuerpo o apoyados sobre este. El sonido y sentimiento de una larga vibración del cuenco sobre el tórax o abdomen es transmitido al sistema esquelético a todo el cuerpo (somos 80% de agua, y el agua es un conductor del sonido).

Te cuento un poco más. Están compuestos por una aleación de siete metales: plata, oro, mercurio, estaño, plomo, cobre y hierro forjados de forma artesanal.

Se utilizan para equilibrar los chackras (nuestros centros energéticos) y cambiar la conciencia desde un estado alterado de ansiedad y estrés hacia un estado de paz, relajación y serenidad, induciendo a estados de sanación espontánea, místicos y elevando nuestra frecuencia vibratoria.

Emiten sonidos son puros, intensos, misteriosos capaces de transportar a quien los escucha y siente. Actúan despejando la mente, destrabando bloqueos emocionales.

Los cuencos elevan la frecuencia, armonizan la energía que se estanca al pelearnos con la realidad, al transitar problemas, enojos, dolores, broncas, miedos. Esta nueva vibración crea espacios en la mente, en la psiquis y a nivel celular. Es como cuando escuchamos un gong, inmediatamente hay mas espacio, son sonidos que abren y elimina la densidad de nuestras construcciones mentales que pujan “celularmente” en nuestro cerebro y sistema nervioso.

Te recomiendo que te adentres acompañado de alguien en quien confíes porque es una experiencia movilizadora, que aunque muy placentera, abrirá espacios en tu interior de sensibilidad y vulnerabilidad.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Yoga con elementos


Fui a conocer el Centro Ananda Yoga en Colegiales. Me interesó porque busco elongarme y ser más flexible en mis rodillas y tobillos. Elementos son: sogas, bloques de madera, sillas, cinturones, almohadones y cuerdas. También se llama Método Iyengar.

Que fue lo que sentí? Alegría! Felicidad! Libertad! Emoción!

Que se logra con los elementos?
Primero hace falta un buen maestro y un par de asistentes que chequeen la posición y el uso de los mismos. Los elementos me ayudaron a:
. Concientizar y estirar más tanto músculos como articulaciones,
. Mantener una postura mas estable y abrir mi cuerpo,
. Aunque no me cuesta relajarme en las posturas note que los elementos me ayudaron también a permanecer y a ir mas allá de los límites normales de mi cuerpo en este momento ganando más estabilidad en las posturas sin esfuerzo.

Los elementos actúan como soporte. Más allá de sus beneficios fisiológicos permiten permanecer en la postura por un tiempo mayor y así adquirir los beneficios psicológicos que sólo se logran en la inmovilidad prolongada del asana.

Para saber más del Centro Ananda visita ahora
www.centroanandayoga.com.ar