lunes, 14 de septiembre de 2009

Meditacion Mandarina


Es uno de los secretos de los antiguos templos de sabiduría.

Es muy sencilla y rica en sensaciones. Se puede aplicar a cualquier fruta o comida, pero la mandarina es ideal por su color, por su frescura.

Se debe estar sentado. Al frente nuestro debe haber una mandarina con cáscara suelta y sin semillas preferentemente. Primero se debe comenzar a meditar. Sentarse cómodo en un almohadón, cerrar los ojos y concentrase en la respiración, en la entrada y salida del aire por las fosas nasales. Luego, con los ojos cerrados, se debe tomar la mandarina, visualizar que dentro se encuentra llena de luz, que el universo entero se encuentra dentro.

Siempre con los ojos cerrados, se va pelando poco a poco, muy lentamente, sintiendo las nervaduras, los gajos, los detalles, la textura, y a medida que se va pelando, imaginar como se devela la forma. Así hasta conseguir pelarla totalmente.

Cuando se haya terminado de perlarla, se tendrá en las manos una fruta compuesta de una fuerza energética muy grande. Entonces se procede a comerla, gajo por gajo, lentamente. Se debe tener la sensación de que estamos ingiriendo energía pura. Los sabores deben apreciarse al máximo, en los cuatro lados de la lengua. El jugo de la mandarina debe sentirse en toda la boca, incrementando las sensaciones en toda la boca al máximo.

Así gajo por gajo. Al pasarlos se sentirá que ingresa mucha energía por la garganta, luego por la traquea, esófago para llegar finalmente al estómago, en que se retorna el ciclo. Se debe estar concentrado total y absolutamente en la mandarina.

Al final permanecer en meditación por varios minutos más y agradecer el haber realizado la experiencia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

esta buenisima esta meditacion. ale de raleigh.